LA GUERRA DE UCRANIA. Una Historia Detrás (Un reportaje de Albert Alvira)
La guerra ruso-ucraniana es un conflicto actual entre Rusia y Ucrania que comenzó en febrero de 2014 tras el Euromaidán, una serie de protestas que empezaron en Kiev en noviembre de 2013 debido a la cancelación de la firma del Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea. Se intensificó a partir de 2021 y culminó en la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022.
Las protestas de febrero de 2014 provocaron disturbios en la capital, especialmente en la plaza de la Independencia (Kiev). Los enfrentamientos resultaron en al menos ochenta muertos entre el 19 y el 21 de ese mes. Al día siguiente, los opositores ocuparon las principales instituciones en Kiev, tras la huida del presidente Víktor Yanukóvich hacia un lugar desconocido. La Rada Suprema tomó el control del país en la ausencia de muchos de sus miembros y Oleksandr Turchínov asumió la coordinación del Gobierno y la presidencia del Parlamento. La Rada Suprema destituyó a Yanukóvich por abandonar sus funciones constitucionales y tomó el control del país votando el regreso a la Constitución de 2004, acordada el día anterior.
Rusia no aceptó este gobierno como autoridad legítima de Ucrania y afirmó que lo sucedido fue un «golpe de Estado». En consecuencia, el Congreso de diputados y gobernadores regionales del Este y Sur de Ucrania hizo un llamado a la resistencia y acusó a la oposición de incumplir el acuerdo de paz que había sido firmado el 21 de febrero con el presidente que había huido. Desde ese momento, residentes de la mitad suroriental de Ucrania se manifestaron contra el nuevo gobierno de Kiev. Mientras tanto, se llevó a cabo el referéndum sobre el estatus político de Crimea. Entonces ocurrió una intervención militar, donde las Fuerzas Armadas de Rusia se desplegaron en la península de Crimea —incluyendo Sebastopol— con la finalidad de asegurar la integridad de los ucranianos prorrusos que habitaban en Crimea y las bases rusas allí estacionadas.
Así, el 17 de mayo, se proclamó la independencia de la República de Crimea y al siguiente día se aprobó la anexión de Crimea por parte de Rusia. En los días siguientes, las tropas militares ucranianas tuvieron algunos enfrentamientos con el ejército ruso hasta finalmente replegarse y abandonar la península, aunque el gobierno de Kiev aún considera Crimea como parte de los territorios temporalmente ocupados de Ucrania.
Por su parte, la guerra del Dombás comenzó el 6 de abril de 2014. El gobierno interino de Ucrania inició una operación armada contra los grupos separatistas rusófonos del este de Ucrania tras la anexión de Crimea. Las tropas ucranianas pusieron en marcha una operación antiterrorista. En el mes siguiente se llevaron a cabo referéndums sobre el estatus político de Donetsk y Lugansk organizados por los separatistas regionales que formaron la confederación de Nueva Rusia, un efímero Estado que sería disuelto en mayo de 2015.
ANTECEDENTES ANTERIORES.
Los antecedentes históricos de la guerra ruso-ucraniana se relacionan con una serie de factores sociales, culturales, étnicos y lingüísticos que llevaron a la aparición de protestas prorrusas en el este y el sur de Ucrania como resultado de principios de la revolución prooccidental de 2014 en Ucrania.
El proceso de la caída del muro de Berlín, la reunificación alemana y el colapso de los gobiernos comunistas (1989-1991) provocaron importantes cambios en los países del Bloque del Este, que hasta ese momento eran integrantes o aliados de la Unión Soviética, modificando así la balanza geopolítica en Europa. No obstante, después de la disolución de la Unión Soviética en 1991, Ucrania y Rusia continuaron teniendo vínculos estrechos y el gobierno ucraniano decidió renunciar a su arsenal nuclear en 1994 —a través del Memorándum de Budapest— bajo la condición de que Estados Unidos, Reino Unido y Rusia ofrecieran garantías contra las amenazas a la integridad territorial o la independencia política de Ucrania. Cinco años después, Rusia fue uno de los firmantes de la Carta para la Seguridad Europea, que «reafirmó el derecho inherente de cada uno de los Estados participantes a ser libres de elegir o cambiar sus arreglos de seguridad, incluidos los tratados de alianza, a medida que evolucionen».
El Imperio ruso fue aumentando su control sobre esta área lentamente a través de tratados de paz con el Imperio otomano tras las guerras ruso-turcas de 1735–1739, 1768–1774, 1787–1792 y 1806–1812. La colonización de la tierra, al final del siglo xviii, fue liderada por el príncipe Potiomkin, a quien la zarina Catalina «la Grande» le otorgó poderes de gobernación absolutos sobre el territorio. Las tierras fueron generosamente otorgadas a la nobleza rusa (dvoryanstvo) y se trasladaron campesinos rusos y ucranianos, en condiciones de servidumbre, para cultivar lo que hasta entonces había sido una estepa poco poblada. También llegaron colonos extranjeros invitados por Catalina «la Grande», provenientes de Alemania (conocidos como alemanes del mar Negro), Prusia (menonitas de Rusia), Polonia, Italia, Grecia, Serbia y otros países..